130 años con valor,
los guardianes de la tierra
contra el colonizador... Jauría
Luego de despedirnos de Diego y su hospitalidad, arrancamos viaje hacia Cafayate, uno de los lugares más bellos de nuestro país. Luego de hacer unos cuantos Km. de ripio y asfalta en mal estado, llegamos a las ruinas de Quilmes, por este camino evitamos subir hasta Amaicha del Valle y ahorramos unos 20 Km.
Lamentablemente, pasamos de largo y no pudimos apreciar los fabulosos vestigios de la cultura nativa, pues el lugar necesita ser visitado con amplio tiempo por lo que realmente representa. Decidimos entonces, quedarnos con las ganas para tener la obligación de volver algún DIA con la idea de recorrer como se debe las ruinas de Quilmes.
El camino se presento sin mayores dificultades, pues creíamos que iba a tener mucho mas ascenso, pero prácticamente rodamos en suaves subidas y bajadas que hizo placentero los 81 Km. que separan Santa María de Cafayate. A la altura de Cola Lao paramos a comer unas empanadas que acompañamos con la milanesa que nos sobro de anoche.
Estábamos en Tucumán, provincia que recorremos en apenas 55 Km., trazado que la ruta 40 realiza en el Jardín de la Republica. En fin, sin mas descansos, llegamos a nuestro destino como a las 16:00 hs. con tiempo para acampar en un buen lugar, bañarnos y ver un poco del centro de la ciudad.
Por la tarde noche, y con Pablo -el lituano- siempre con nosotros decidimos darnos como premio una buena comilona. Salieron matambre con fritas, humitas y tamales. Una Belleza. Y Cafayate también.
Ya entramos en la hermosa Salta y cada vez nos queda menos para la meta, aunque la meta es el viaje en si mismo (diría un poeta amigo). Falta poco, pero se disfrutara a pleno.
Lamentablemente, pasamos de largo y no pudimos apreciar los fabulosos vestigios de la cultura nativa, pues el lugar necesita ser visitado con amplio tiempo por lo que realmente representa. Decidimos entonces, quedarnos con las ganas para tener la obligación de volver algún DIA con la idea de recorrer como se debe las ruinas de Quilmes.
El camino se presento sin mayores dificultades, pues creíamos que iba a tener mucho mas ascenso, pero prácticamente rodamos en suaves subidas y bajadas que hizo placentero los 81 Km. que separan Santa María de Cafayate. A la altura de Cola Lao paramos a comer unas empanadas que acompañamos con la milanesa que nos sobro de anoche.
Estábamos en Tucumán, provincia que recorremos en apenas 55 Km., trazado que la ruta 40 realiza en el Jardín de la Republica. En fin, sin mas descansos, llegamos a nuestro destino como a las 16:00 hs. con tiempo para acampar en un buen lugar, bañarnos y ver un poco del centro de la ciudad.
Por la tarde noche, y con Pablo -el lituano- siempre con nosotros decidimos darnos como premio una buena comilona. Salieron matambre con fritas, humitas y tamales. Una Belleza. Y Cafayate también.
Ya entramos en la hermosa Salta y cada vez nos queda menos para la meta, aunque la meta es el viaje en si mismo (diría un poeta amigo). Falta poco, pero se disfrutara a pleno.
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