Después de 40 Km. de viento en contra, que l hicimos sin parar un segundo, arribamos a Bahía Azul, lugar donde se cruza al continente. Ya habíamos transcurrido nuestros primeros 500 Km. de travesía en la isla de Tierra del Fuego e ingresamos al sector continental para iniciar otros 5000 Km. Luego de 20 minutos de viaje (no pagamos los 130 pesos que cuesta el cruce porque estábamos en bicicleta y no en auto) emprendimos camino hacia Monte Aymond, paso fronterizo para ingresar nuevamente a nuestro país.
Los primeros 15 fueron un parto, demasiado viento. Cansados, llegamos a la intersección de dos rutas, una que giraba hacia la izquierda en dirección de Puerto Natales (Chile) con viento en contra; y la otra hacia la derecha camino a la frontera, con viento a favor. Y fueron los primeros 40 Km. que teníamos la ayuda de la naturaleza, el empuje del viento dándonos en la espalda. Y la verdad que fue agradecido. Incluso, nos animamos a jugarle un mano a mano a una pareja de ñandúes. Llegamos a 38 Km. por hora y los bichos nos "acompañaron" unos 3 Km. corriendo al costado de la ruta muy cerquita de nosotros. Fue algo divertido y sorprendente, pues la mayoría de los animales que cruzamos huyen apenas escuchan nuestros pasos.
Antes de anochecer llegamos a la frontera y luego de realizar los trámites correspondientes en la frontera de Chile nos dirigimos a la nuestra. (que lindo es volver). Allí, solicitamos un lugar para pasar la noche con la esperanza que nos brindara un espacio similar al de San Sebastian. Finalmente, con pocas ganas, el Jefe de Guardia nos ofrecí un pasillo junto a un baño. No pudimos bañarnos pero si dormir mas tranquilos y comer algo.
Antes, intentó convencernos con algunas mentiritas: "Río Gallegos esta a 45 Km.". (Son 67 Km. en realidad), "Tienen viento a favor, llegan en dos horas" (El viento era cruzado), y "Oscurece a las 22 hs." (ya eran las 19:30 y se puso de noche una hora después). Obviamente nos quedamos y nos fuimos al otro día silbando bajito.
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