más nos damos cuenta de que la irrealidad
es el programa principal del día.
John Lennon
Con un poco de viento a favor llegamos rápidamente al final del asfalto, a unos
Los cerros empezaron a ponerse cada vez más blancos a medida que avanzábamos hasta que una pequeña acumulación de nieve estaba juntita a la ruta. Desesperados nos bajamos a tomar unas fotografías, pues para nosotros era lo único que íbamos a tocar. Pero a medida que recorrimos la ruta, subíamos cada vez más y el manto blanco ya cubría todo a la vista. Fue algo inesperado, nunca imaginamos que íbamos a pedalear con nieve.
Y las sorpresas siguieron, pues al terminarse el asfalto nos encontramos con trabajos de pavimentación. Así que continuamos por el mejorado hasta los
Las pocas camionetas que circulaban lo hacían con barro hasta en el techo. El negro se puso feliz porque le recordó cuando se vieja los mandaba junto a sus hermanos a jugar afuera con lluvia y barro a la pelota con tal de no romperle toda la casa. A Hernán, en cambio, la idea no le pareció tan buena. Y tenia razón, pues el barro se va acumulando en las ruedas, frenos y cambios y es imposible avanzar.
Teníamos por delante unos
Luego conseguimos un hotel, que a pesar de nuestra presencia impresentable, nos admitió. Ahí nos toco a nosotros, un baño sabroso y a comer. Hernán salio a buscar una rosticería y trajo dos milanesas gigantes que la devoramos en instantes. Cansados pero felices por un día mágico: Nieve, Barro y Chubut.
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