Nany reviso la cámara pero no encontró ningún desperfecto, así que continuamos viaje. A las cuadras, Hernán freno y el negro siguió viaje porque creyó que solo había parado para acomodar el equipaje. Y hache comenzó una serie de desencuentros que retraso nuestro avance. Los celulares no funcionaban, y Marcos cansado de llamar y de esperar se volvió a buscar a su compañero de emociones. Este había pinchado nuevamente y había llegado a una bicicletería para arreglar su rodado.
En ese mismo momento, el negro paso al sitio donde se había quedado Hernán y lógicamente no encontró nada. En fin, luego de una hora nos encontramos y todavía estábamos en la ciudad de Belén. Recién comenzamos a rodar como a las 11:30 de la mañana y teníamos por delante unos 80 Km. Los primeros Km. fueron en medio de montañas, con un paisaje hermoso pero duro por las subidas que se presentaron.
Como siempre, a los 20km. hicimos nuestra primera parada con la sorpresa de encontrar por primera vez en todo nuestra travesía a dos ciclistas que hacían algo parecido a nosotros, un italiano y una turca. Al rato, cuando estábamos por arrancar, llego un tercero, este de Lituania que no hablaba absolutamente nada de español.
Nosotros continuamos nuestra ruta y frenamos nuevamente 30 Km. mas adelante para comer y estirar un poco las piernas. Luego iniciamos un recorrido por ripio de unos 20 Km. para llegar a Los Nacimientos, lugar donde encontramos al lituano que se nos había adelantado cuando paramos a comer. El pueblo no tenia camping ni alojamiento, entonces acampamos en la plaza del lugar, y el europeo, sin entender nada, se pego a nosotros y armo la carpa junto a la nuestra.
Con Hernán conseguimos de casualidad una doña que nos preparo una pizza mientras que Paúl (Pablo para nosotros) se cocino algo raro que no parecía muy rico. Como a las 22:00 HS. nos fuimos a dormir, mientras que Pablo se tomaba un vinito en cartón para matar el frío. Parece que sumamos un tercer integrante a nuestro viaje, por lo menos hasta Salta capital.