No es un día mas en la travesía, principalmente para Hernán quien llegó a los 26 años. Le debe resultar duro (aunque no lo exprese a los vientos) porque es un tipo que le gusta festejar con sus amigos y familia su llegada al mundo. Y estar lejos, con la imposibilidad de compartir con su gente no debe ser nada grato.
En fin, nuestro día comenzó con un poco mas de cama, nos levantamos como a las 10 de la mañana y desayunamos en la casa de Gabriela. Su hija Julia sorprendió a Hernán con una cartita por su cumple y con la "escondida" de la llave que teníamos que utilizar para salir de la casa. La travesura nos obligaba a salir por la ventana o esperar a que llegaran del trabajo y escuela. Decidimos quedarnos y despedirnos como la gente antes que salir por la ventana. Luego de saludar nos tomamos un colectivo al centro y pasamos a buscar las bicis por lo de Queque.
Ella, nos comento con toda amabilidad, que conocía una persona en Junín de los Andes a la cual iba a llamar para ver si nos podía dar un lugar para armar la carpa. Finalmente, arrancamos como a las 15:00 hs hacia Junín. Después de unas horas y con un camino que no representaba gran dificultad, llegamos a nuestro destino con un particular mapita donde ubicaríamos la casa de Ayelen, sobrina de Queque.
Llegamos fácilmente porque no es un lugar muy grande y nos recibieron con los brazos abiertos, Ayelen y sus hijos (Carolina, Guillermo y Gastón).
Nos quedamos hablando con las damas de la casa (luego se sumo una amiga de Ayelen) hasta que, ya con las estrellas sobre el cielo, nos llevo a un departamento que nos presto para pasar la noche. Nosotros ya estábamos contentos con que nos de un espacio para armar la carpa, así que todo supero lo imaginado. Comimos una milanesas para festejar el cumple de Nany, como debe ser, una buena comilona, una baño para liberar cansancio (y mugre) y un poco de tele. Mañana salimos hacia Zapala, unos 210 Km. sin población en el medio.
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