Luego de desayunar, de acompañar nuevamente a izar la bandera con los chicos del cole y de unas fotos con el director y unos chicos, arrancamos viaje hacia Malargüe, una de las ciudades más importantes del sur mendocino.
El camino siguió difícil con un ripio bastante lindo pero con una eterna subida, suave pero extendida en kilómetros, diríamos unos 30 Km. con el remate de la cuesta del Chihuido. Llegamos cerca del mediodía, cansados pero con la seguridad de que una vez trepado ese ascenso todo era cuesta abajo. El descenso fue increíble, con un camino muy sinuoso y peligroso, pero muy bonito. Luego los últimos 20 Km. fueron más bien con lomadas suaves, para arriba y para abajo, aunque con un poco de viento en contra.
Con pocas energías arribamos a la ciudad y llegamos a la panchería de Barny, donde por $25 comimos milanesa con fritas y ensaladas demasiada generosa. Con la panza llena conseguimos lugar en el camping municipal, y luego de un baño recomponedor fuimos al ciber a dar noticias de vida. Ya de noche, volvimos a la pancheria donde su dueño, Diego, nos atendió de mil maravilla.
Cerca de la media noche estábamos dispuestos a descansar y nos comentaron que nuestro futuro camino es totalmente llano, lo cual es una gran noticia para nuestras piernas. Mañana seguimos ruta, y veremos si todo lo que nos dicen es verdad
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