domingo, 29 de mayo de 2011

Día 65 y 66: Cuyo, la tierra del buen vino

¿Que hora son mi corazón? ¿Que hora son en Inglaterra? ¿Que hora son en Gibraltar?
¿Que hora son en el Japón? ¿Que hora son en Mozambique?
¿Que hora son en Washington? ¿Que hora son la vida entera? Manu Chao

1397 Km., tres provincias (Mendoza, San Juan y La Rioja), 12 ciudades, 18 días, poco viento, algunas subidas y mucha llanura. Se podría decir que en su mayoría esta región ha sido la que mejor nos permitió pedalear. Estamos cada vez más cerca de nuestra llegada aunque nos quede un tirón bastante difícil.

En fin, paciencia y huevos que La Quiaca nos espera. Y por este espacio queremos agradecer a las escuelas albergues de Ranquil Norte y Bardas Blancas, a sus directores y docentes que nos brindaron mas que alojamiento y comida (mucho mas), a la familia Abrego que nos dio una mano gigante en Mendoza Capital, a la familia Niggli que nos hizo recordar a nuestros paladares el sabor de un buen asado, y por supuesto un abrazo y agradecimiento a nuestros seres queridos, amigos y gente que nos acompaña a la distancia en esta travesía. Ya recorrimos casi 4500 Km. y nos quedan 1000 Km. Siempre para adelante, avanzando.

Belén: Como a las 10 de la mañana arrancamos viaje hacia la ciudad de Belén, la provincia de Catamarca. Compramos algo de pan y salimos a la ruta dirección norte, pasamos Alpansiche y al entrar a Catamarca Hernán pincho su rueda delantera.

Teníamos todo para arreglar el inconveniente menos el inflador que se nos cayó durante la bajada de la cuesta de Miranda. Sin la posibilidad de darle aire a la cámara teníamos dos posibilidades, hacer dedo o volvernos hasta el pueblo unos 10 Km. Por suerte ninguna de las dos, porque un motociclista brasilero nos dio una mano gigante y nos regalo un poco de aire comprimido que llevaba en una especie de tubo.

Como al mediodía continuamos nuestro camino parando un par de veces hasta llegar al pueblo llamado Londres, a unos 17 Km. de nuestro destino. Ahí paramos para comprar algo para tomar (nos habíamos quedado sin agua) y para darle un respiro a las piernas. Al rato continuamos hacia Belén, donde unos parientes de Hernán nos estaban esperando. Después de ese trayecto, nos dirigimos a la plaza central y llamamos a Walter para encontrarnos con el, pero luego de varios intentos todo resulto en vano.

Al rato, para un señor en moto y nos pregunto si éramos parientes de Walter Quinteros (familiares de Hernán) y nos escolto hasta su casa. Como a las 6 de la tarde ya estábamos ubicados y luego de un baño y de cenar fuimos a recorrer un poco la ciudad. Ya entramos en el noroeste aunque la carretera todavía no nos hizo sentir en rigor la dureza de las montañas.

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